domingo, 3 de junio de 2007

RELATOS CORTOS

ABUELITA
(31-05-07)

El cúmulo de sensaciones que se siente cuando te llega esa edad en la que la naturaleza te incapacita (sin preguntarte), para parir nuevas criaturas que aumenten la tasa de natalidad, muy decreciente en España desde hace algunos años, es indescriptible. Es algo parecido a cuando un hijo se marcha fuera para no volver o a cuando un ser querido fallece, siempre claro desde el punto de vista de la mujer a la que le gusta ser madre. Es como si te arrancaran una parte de tu cuerpo y te sintieras vacía, y esto aumenta cuando ocurre “antinatura”.
Yo he sentido todo eso, sólo ha habido una cosa que me lo ha compensado, ser abuela.
No sé si está bien decir que estoy totalmente enamorada de mi nieta, porque es una chica, pero es lo cierto. Siempre desde que nació tuve la suerte de crear con ella un vínculo que quizás no tuve ni con mis hijas, y que a pesar de haber transcurrido ya más de tres años, sigue existiendo. Cada vez que me llama abuelita un escalofrío recorre mi cuerpo y mis sentimientos hacia ella llenan mi corazón de una forma incluso “flipante”, es decir, cuando estoy con ella jugando o contándole cuentos (le gustan mucho, como a su abuela), me evado de todo lo demás, entro en éxtasis y suelo pasar los momentos más bonitos de mi vida como mujer-madre-abuela.
¿Podrían imaginarse todos estos sentimientos multiplicados por tres? Voy a ser abuela de nuevo por dos veces más casi consecutivamente, ¿Podrá mi corazón resistirlo? ¿Será esta una forma de mostrarse la felicidad? Es “demasié para mi body”.
FIN

CARMEN FRANCO SÁNCHEZ (Miembro de Campus Crea)